miércoles, 29 de junio de 2011

Preparan la nave que reemplazará a los legendarios transbordadores

Es el MPCV que, por su diseño, homenajea a las naves Apolo que se posaron en la Luna. 


Los transbordadores espaciales tienen los días contados, pero no todo está perdido: la NASA acaba de presentar la nave que pretende reemplazarlos. Se llama Vehículo tripulado multi-propósito (MPCV, según su sigla en inglés), es decir, es una astronave capaz de llevar astronautas a la Estación Espacial, pero que también está pensada para viajar a asteroides y hacia Marte. Nada menos. El MPCV puede transportar a cuatro astronautras en misiones cortas y largas de hasta 21 días y es diez veces más segura para el equipo, ya que cuenta con dos sistemas nuevos: el Sistema de Aborto y el Módulo de Servicio. Dicen que los astronautas podrán llegar mucho más allá de los 300 o 400 kilómetros de distancia de la Estación Espacial Internacional (EEI). Se estima que estará lista en cinco años.

El Sistema de Aborto permite tomar el control de la nave y desviarla en caso de una emergencia en el lanzamiento . El Módulo de Servicio contiene agua, oxígeno y alimento. A pesar de estas novedades, la nueva nave se basa claramente en la cápsula Orión, que formaba parte del programa Constellation, puesto en marcha por el presidente George Bush con el fin de volver a la Luna, además de encarar misiones a Marte. Pero el programa fue cancelado sorpresivamente por el actual presidente Barack Obama.

Algunos especialistas aseguran que si bien el MPCV puede parecerse a sus predecesores de la era Apolo, su tecnología y capacidad son mucho más de avanzada. La Orión era la nave que debía sustituir al transbordador espacial para llevar astronautas a la Luna alrededor del año 2020, dentro del marco del Programa Constellation.

  
MPCV: Multi-Purpose Crew Vehicle (Crédito: NASA)


Para alcanzar la órbita debía emplear el cohete Ares I. Pero en enero de 2010 Obama decidió cancelar el Programa Constellation, y junto a él la nave Orión y los cohetes Ares I y Ares V. Algunos consideraron que fue la mayor debacle del programa espacial tripulado norteamericano. Ocurre que un comité de expertos aconsejó abandonar el Constellation, insuficientemente financiado, y encargar a la industria privada el desarrollo de cohetes para la EEI. Así la NASA podría enfocar sus esfuerzos en la exploración espacial más lejana que la órbita baja de la estación espacial. Obama entonces encargó a la NASA desarrollar un nuevo plan para enviar astronautas a un asteroide primero y a Marte después. El MPCV es parte de ese plan. Además, la NASA también está trabajando en un cohete pesado.

Pero muchos políticos estadounidenses se rebelaron ante la decisión de la Casa Blanca y presionaron para que la NASA mantuviese un vehículo espacial propio. Así fue como Orión se mantuvo un tiempo, hasta que surgió la idea de desarrollar una versión reducida como vehículo de emergencia para la EEI (“Orión zombi”). La NASA bautizó el proyecto MPCV.

Los proyectos ahora son enviar personas a un asteroide en 2025, y luego a Marte en 2030 . “Estamos comprometidos con la exploración humana más allá de la órbita terrestre baja y esperamos que el desarrollo de la próxima generación de sistemas pueda llevarnos allí”, dijo el administrador de la NASA Charles Bolden en un comunicado. “La Ley de Autorización de la NASA establece un camino claro para nosotros de dar el relevo del transporte a la Estación Espacial Internacional a nuestros socios del sector privado, y concentrarnos en la exploración del espacio profundo”.

Para el lanzamiento del MPCV se necesitará un cohete pesado, cuyo diseño aún está pendiente , si bien el senado estadounidense ha ordenado a la NASA que idee un vector capaz de enviar 130 toneladas al espacio. Mientras esto se aclara, los ingenieros podrán continuar trabajando en el MPCV, que podría hacer sus primeros vuelos tripulados a partir de 2016.


Fuente: Diario Clarin

domingo, 26 de junio de 2011

Difunden el mapa más perfecto de la superficie lunar

Después de que el hombre pisara por primera vez la Luna, nunca pudo verla en forma tan precisa como en los últimos días, cuando los datos recolectados por la nave robótica Lunar Reconnaissance Orbiter (LRO) de la NASA comenzó a enviar el mapa más detallado del satélite natural de la Tierra. De esta manera, el LRO cambió para siempre nuestra visión de la Luna, definiendo su enfoque hasta el punto de mostrar todo el globo de nuestro satélite con un detalle sin precedentes hasta ahora.

Los siete instrumentos a bordo del LRO en conjunto entregaron más de 192 terabytes de datos, imágenes y mapas, el equivalente a casi 41.000 DVD. "Este es un gran logro", afirmó Douglas Cooke, administrador asociado del Directorio de Misiones de Sistemas de Exploración de la NASA, Washington. "La fase de exploración de la misión proporcionó mucho más de lo originalmente prometido, y eso ha sido sólo el comienzo de LRO." Por su parte, Michael Wargo, científico jefe de la Misión de Sistemas de Exploración Lunar en la sede de la NASA afirmó que el objetivo principal de la misión es permitir la exploración segura y efectiva de la luna. "Para ello, necesitamos aprovechar lo mejor que la comunidad científica tenía que ofrecer. Y al lograrlo, hemos cambiado nuestra comprensión científica de la Luna", remarcó Wargo.



Mapa topográfico de la luna (Crédito: NASA)


Los mapas topográficos más precisos y completos hasta la fecha del complejo de la luna, con un paisaje muy marcado por los cráteres, han sido creado a partir de los más de 4000 millones de mediciones tomadas por el Altímetro Láser del Orbitador (LOLA), más de 100 veces más que todos los instrumentos anteriores de este tipo sobre la superficie lunar, abriendo un mundo de posibilidades para la exploración futura y para la ciencia.

Como las arrugas en la piel, la aspereza de los cráteres y otras características en la superficie de la Luna pueden revelar su edad. Al observar dónde y cómo son los cambios de rugosidad - y mediante la combinación de esa información con mapas de contorno que muestran dónde están los puntos altos y bajos - los investigadores pueden obtener pistas importantes sobre los procesos que dieron forma a la luna.

Estudiar el "lado oscuro". De esta manera, según dejó trascender la agencia espacial norteamericana, será posible profundizar sobre el "Lado Oscuro" del satélite, en donde el terreno es más irregular y posee más cráteres, así como una de las cuencas de impacto más grandes del Sistema Solar, llamada "Polo Sur-Aitken"; que es el remanente de un antiguo impacto que dejo un cráter tan profundo como 34 edificios Empire State apilados uno encima del otro. Mientras que en el Polo Norte fue hallado el punto más frío de nuestro Sistema: cuenta con menos 248 grados Celsius.

El orbitador LRO fue lanzado al espacio en junio de 2009 y desde que comenzó a enviar sus capturas ha permitido conocer mejor la cara oculta de la Luna y diseñar un mapa completo de sus cráteres. "Antes de LRO, en realidad se conocía mejor la superficie de Marte que la de nuestro satélite. Pero gracias a LRO y Lola, ahora tenemos mapas detallados de ambas caras de la Luna", señaló el científico adjunto del proyecto del LRO John Keller, del NASA Goddard Space Flight Center.

La búsqueda de recursos del LRO ha revelado que la Luna es aún más extrema de lo que pensábamos. En las regiones polares, cráteres profundos y de larga sombra como el cráter Shackleton, en el sur, han sido de especial interés, ya que pueden actuar como almacenamiento en frío, capaces de acumular y preservar material volátil como el hielo de agua. Pero fue mientras se estudiaba el cráter Hermite cerca del polo norte cuando el radiómetro de la misión encontró el lugar más frío conocido del sistema solar, con una temperatura de -248 grados Celsius.

Para explorar estas regiones, el instrumento LAMP permite ver en la oscuridad, dando imagen a las zonas sombreadas. Las medidas precisas de LOLA han sido utilizados para trazar la iluminación solar y este trabajo ha proporcionado una nueva visión de las regiones sombreadas revelando también las áreas que reciben sol casi permanente, con aproximadamente 243 días al año y que nunca tienen un período de oscuridad total de más de 24 horas.

Como complemento de estos esfuerzos se cuenta con los resultados del Detector de Neutrones de Exploración Lunar (LEND) y el radar avanzazado de frecuencia de radio en miniatura (Mini-RF). Están buscando depósitos de hielo de agua. PRESTAR busca también hidrógeno, un recurso de interés debido a su potencial uso como combustible. Y al mismo tiempo, el Telescopio de Rayos Cósmicos para los Efectos de las Radiaciones (CRATER) estudia el ambiente de radiación lunar, que es importante para mantener a los futuros astronautas sanos y seguros a medida que exploran.

A dos años de ser lanzada, la LRO "cuadriplicó el volumen de información proporcionado por el telescopio espacial Hubble en 20 años", afirmó el investigador del centro Goddard, Richard Vondrak, en la rueda de prensa ofrecida ayer por la NASA. Y si bien en otras misiones se consiguieron imágenes de la Luna de gran amplitud, la nitidez de las imágenes transmitidas por la LROC permite distinguir detalles nunca antes alcanzados. Esta misión a la Luna se complementa con la acción de la sonda LCROSS, que ya logró determinar la presencia de agua congelada en el fondo de los cráteres durante la expedición de hace unos años.

Fuente: Diario La Nación

sábado, 18 de junio de 2011

Descubren agujeros negros en el Universo temprano


Un grupo de científicos liderados por el argentino Ezequiel Treister, de la Universidad de Hawai y autor principal del estudio, encontraron pruebas directas de que los agujeros negros eran comunes en los principios del Universo. Este descubrimiento muestra que los agujeros negros jóvenes crecieron con mayor rapidez de lo que se pensaba hasta ahora, a la par que el crecimiento de las galaxias que los albergan.

El Observatorio espacial Chandra escrutó durante seis semanas una zona del cielo determinada y los astrónomos obtuvieron resultados que, combinados con las imágenes ópticas e infrarrojas del Telescopio Espacial Hubble, permitieron buscar agujeros negros en 200 galaxias distantes.

"Hasta ahora -señaló el argentino Treister- no teníamos idea del papel de los agujeros negros en estas primeros galaxias, o si existían. Pero ahora sabemos que están allí, y están creciendo frenéticamente".

LOS PRIMEROS AGUJEROS NEGROS

Estas observaciones, realizadas a través de dos telescopios espaciales muy poderosos, demostraron además que estos oscuros abismos espaciales crecieron más rápido de lo estimado. Y según se destacó, con estos datos es posible concebir una nueva proyección sobre los orígenes del Cosmos, y tener, en forma adicional, nuevos elementos para comprender cómo y cuándo se formaron los primeros agujeros negros.

Para llevar adelante la investigación se emplearon imágenes de rayos-X  obtenidas por el telescopio Chandra. Al ser combinadas con otras tomas captadas por el telescopio Hubble, permitieron buscar agujeros negros en 200 galaxias distantes, que ya estaban presentes cuando el Universo tenía entre cerca de 650 millones a 950 millones de años, mientras que ahora tiene entre 13 y 14 mil millones de años.

"Pudimos confirmar la existencia de agujeros negros supermasivos, con un millón de veces la masa del sol -explicó el científico argentino Ezequiel Treister- en las primeras galaxias del Universo, aproximadamente 500 millones de años después del Big Bang".

Antes, los expertos buscaban los agujeros negros en el Universo cercano; en cambio, ahora los investigadores estudiaron agujeros negros en formación, mucho más pequeños, mediante observaciones de rayos-X. Lo novedoso de esta técnica fue juntar varios objetos que por separado son indetectables pero que, en conjunto, arrojan emisiones en rayos X. "El sistema funciona como una cámara digital -explicó Treister - es como si se hubiera dejado el obturador de la cámara abierto 45 días. Ninguna de estas galaxias había sido detectada en rayos X. La mayor parte de este proceso de crecimiento del agujero negro estaba rodeado por nubes de gas y polvo que absorben casi toda la radiación, excepto los rayos X de alta energía".

Fuente: Diario El Día


Ezequiel Treister, Kevin Schawinski, Marta Volonteri, Priyamvada Natarajan, Eric Gawiser

The formation of the first massive objects in the infant Universe remains impossible to observe directly and yet it sets the stage for the subsequent evolution of galaxies. While some black holes with masses > billion solar masses? have been detected in luminous quasars less than one billion years after the Big Bang, these individual extreme objects have limited utility in constraining the channels of formation of the earliest black holes. The initial conditions of black hole seed properties are quickly erased during the growth process. From deep, optimally stacked, archival X-ray observations, we measure the amount of black hole growth in z=6-8 galaxies (0.7-1 billion years after the Big Bang). Our results imply that black holes grow in tandem with their hosts throughout cosmic history, starting from the earliest times. We find that most copiously accreting black holes at these epochs are buried in significant amounts of gas and dust that absorb most radiation except for the highest energy X-rays. This suggests that black holes grow significantly more than previously thought during these early bursts, and due to obscuration they do not contribute to the re-ionization of the Universe with their ultraviolet emission.

(Hacer click sobre el título para obtener el paper)

lunes, 13 de junio de 2011

Primera pasada del satélite SAC-D por Argentina

Secuencia de fotos del primer contacto del satélite SAC-D/Aquarius con el Centro de Control de Misión en el Centro Espacial Teófilo Tabanera (CETT), en Argentina. El SAC-D/Aquarius ingresó por el cielo del país a la altura de la costa atlántica y las antenas del CETT lo contactaron el 10 de Junio de 2011 a las 18.38 PM (hora Argentina) sobrevolando la provincia de Córdoba, a 657 kilómetros de altura.

Imágenes del Centro de Control de Misión SAC-D/Aquarius en el
  Centro Espacial Teófilo Tabanera de la CONAE en Córdoba:


Esperando la pasada del SAC-D/Aquarius (Crédito: CONAE).



       Mapa de órbita del SAC-D/Aquarius, segundos previos a la 
primera pasada en Argentina (Crédito: CONAE).


Operadores controlan la primera pasada 
del satélite argentino (Crédito: CONAE).


El festejo tras la exitosa pasada del SAC-D/Aquarius 
por primera vez en Argentina (Crédito: CONAE).



Fuente: CONAE

sábado, 11 de junio de 2011

Conrado Varotto sobre el SAC-D y la tecnología espacial en Argentina

Otra vez en el espacio

Lanzaron ayer el SAC-D/Aquarius, que ya transmite información sobre factores que tienen impacto en el medio ambiente.

BASE VANDENBERG, Estados Unidos.- "Cuatro... Tres... Dos... Uno... Cero... Se inició la ignición", indicó la voz que llegaba desde el centro de control de lanzamientos de la NASA... "Despegue..." Súbitamente se oyó un ruido estremecedor y el cohete Delta II, que llevaba en la punta el nuevo satélite argentino, comenzó a elevarse como si rasgara la gravedad terrestre en cámara lenta, en medio de llamaradas envueltas en la bruma de la mañana.

En un montecito, a tres kilómetros de distancia, las cámaras de la prensa acreditada comenzaron a disparar frenéticamente. Dentro de la sala de control, Fernando Hisas y Daniel Caruso, de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE), y sus colegas de la NASA y de Italia mostraban un alivio controlado. Los sucesos de los siguientes 57 minutos, cumplidos con la precisión cronométrica de un ballet practicado hasta el cansancio, transformarían esa sensación en puro orgullo y felicidad cuando el SAC-D le ponía un broche de oro a una operación impecable: tras la activación de dos bulones "pirotécnicos", se desprendió de la banda metálica que lo sujetaba al lanzador y comenzó a volar a lo largo de su órbita a 7,5 km por segundo, con sus paneles solares desplegados y el transmisor de telemetría funcionando.

"No podría haber salido mejor", dijeron luego Alberto Lamagna y Julio César Durán, de la Comisión Nacional de Energía Atómica, que por primera vez ensambló en el país las celdas solares que les suministran energía al satélite y a todos sus instrumentos.

Culminaron así casi diez años de trabajo de cientos de ingenieros y científicos pertenecientes a más de una decena de instituciones del sistema científico nacional, todos ellos coordinados por la Conae.

De ahora en más, y sin detener su vertiginosa marcha (que le permite dar una vuelta completa al planeta en una hora y media), el SAC-D se convertirá en el más avanzado instrumento para medir la salinidad de los océanos, un dato clave para trazar pronósticos climáticos de largo plazo y entender mejor el ciclo del agua.

También constituirá un verdadero observatorio en los cielos para medir las lluvias, el hielo y el vapor de agua, cartografiar la temperatura oceánica, detectar incendios forestales, tomar imágenes nocturnas de la iluminación urbana y las auroras boreales, y registrar los efectos de las radiaciones cósmicas en los equipos electrónicos, y la distribución de micropartículas y desechos espaciales.

Una larga noche

El lanzamiento llegó después de una larga noche que había comenzado cerca de las once, cuando tres camionetas con integrantes de la comitiva argentina (que incluía al doctor Conrado Varotto, director ejecutivo de la Conae; el canciller Héctor Timerman, y la viceministra de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, Ruth Ladenheim) se desplazaron silenciosamente hasta el sitio de lanzamiento justo para presenciar cómo la plataforma se corría para dejarlo al descubierto.

Uno de los guías bromeó: "Asegúrense de tener sus teléfonos apagados, por favor. No queremos que el lanzamiento se produzca ahora mismo". A las tres y veinte de la madrugada, Hisas, Caruso, Durán y Luis Genovese, este último de Invap, entre varios otros del grupo argentino, ya estaban en la base norteamericana siguiendo segundo a segundo la secuencia final de verificaciones, un guión de 36 actos estipulado hasta en sus más mínimos detalles.

"Todo empezó con un chequeo de los canales de comunicación - contó Caruso, jefe del proyecto SAC-D - Paso a paso, fui pidiendo confirmación de que el satélite estaba en la configuración de lanzamiento, que la carga de batería y la temperatura eran correctas. También interrogué a Marcelo Oglietti, de [la base de recepción de datos satelitales en] Falda del Carmen, Córdoba, para que todo estuviera operativo." El conteo final comenzó 200 minutos antes del lanzamiento. Durante ese tiempo se coordinaron las estaciones de rastreo y se barrió el espacio aéreo para evitar colisiones con objetos, incluso de pequeño diámetro, que pudieran constituir un riesgo para la valiosa carga de esta misión que costó 400 millones de dólares.

"Quisiera felicitar al equipo - dijo en la conferencia de prensa poslanzamiento el doctor Charles Gay, subadministrador asociado de la NASA - No puedo decirles lo orgulloso que estoy. Los he visto convertirse en una familia y creo que los lazos que se establecieron en esta misión serán duraderos." Timerman, por su parte, agregó: "Déjenme decirles que hace sólo diez años nuestra economía colapsaba, y hoy nuestra ciencia está desarrollando instrumentos para analizar la Tierra. Lo hacemos para uso civil, para mejorar el bienestar de nuestra gente, de la gente de América latina y del mundo".

"Es un gran día para la Argentina y la Conae, para la NASA, para todos nuestros colaboradores y para la ciencia - coincidió Michael Freilich, jefe de la división Ciencias de la Tierra de la agencia espacial norteamericana-. "En los Estados Unidos, junio es el mes de la graduación. Como cuando uno se gradúa, este exitoso lanzamiento marca el fin de un largo período de aprendizaje y el inicio de una etapa que hará progresar la ciencia en modos desconocidos." Y más adelante bromeó: "Mis sentimientos son de alivio, por la maravillosa travesía al espacio, de alegría, porque la nave funcionó tan bien, de anticipación, por los logros que esta misión va a permitir concretar y de... hambre".

Fue Varotto quien le agregó la nota de más sentida emoción al festejo: "Estamos felices. Sabemos que el SAC-D/Aquarius está en órbita, que está vivo y que valió la pena el esfuerzo. Ahora está avanzando hacia una etapa nueva y más productiva. [...] No soy poeta, pero hoy quisiera serlo. Quisiera poder escribir un poema sobre la vida, sobre el amor, sobre la felicidad. Y mirando hacia atrás, siempre me sentiré agradecido a mis padres por haberme traído a la Argentina, un país de oportunidades, donde se puede tener un sueño y convertirlo en realidad".

Quiénes lo hicieron posible

BASE VANDENBERG (De una enviada especial).- El SAC-D/Aquarius es fruto de una colaboración internacional cuyos socios principales son la Argentina y EE.UU., pero en la que también participan con sus instrumentos las agencias espaciales de Canadá, Italia y Francia. Brasil aportó sus instalaciones de San Jose Dos Campos para realizar los ensayos de vibración y resistencia ambiental. En el país, tomaron parte numerosos centros de investigación y compañías. Entre ellos, INVAP, que realizó la plataforma de servicios, la Comisión Nacional de Energía Atómica, que aportó los paneles solares, el Instituto Argentino de Radioastronomía, el Centro de Investigaciones Opticas del Conicet y la Universidad de La Plata.

Fuente: Diario La Nación

¡El SAC-D ya está en órbita!

El más ambicioso proyecto espacial argentino fue lanzado esta mañana desde la base espacial de Vandenberg, EE.UU., después de diez años de trabajo intenso y en conjunto con la NASA y otras agencias espaciales del mundo.

Sólidamente construído en Bariloche por más de 200 investigadores, científicos, ingenieros y técnicos de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) y de INVAP, una sociedad de capitales privados y del estado de la provincia de Río Negro, el satélite SAC-D/Aquarius viajó en la punta de un cohete Delta II de casi 40 metros de altura y se separó de éste luego de un viaje de 45 minutos en los qué rompió la fuerza de gravedad de la atmósfera terrestre para ubicarse a una distancia de 650 kilómetros de la superficie de la Tierra.

Exultante y de visible buen humor, Cristina Kirchner celebró el lanzamiento y felicitó a quienes trabajaron para que fuera posible. Habló en videoconferencia desde la Casa Rosada. "Qué orgullo ser argentinos. Esto es fruto del esfuerzo de nuestras universidades, del Conicet, de la Conae", comenzó. Enseguida, tras recordar la construcción del Cóndor y admitir el "atraso" que el país arrastra en materia espacial, destacó el rol del Estado en la financiación del proyecto. "Hemos hecho un formidable esfuerzo, hemos puesto recursos. Porque tenemos material humano, pero sin apoyo financiero no alcanza. Con la inteligencia sólo no se puede, se necesita apoyo del dinero", razonó.


 
Hacia el final de su mensaje trazó un curioso paralelo entre el anuncio y la crisis de 2001. "Siento mucho orgullo y esperanza de lo que podemos hacer los argentinos. Hace 10 años lanzábamos piedras, ahora estamos lanzando cohetes y satélites", comparó. Y concluyó: "Esto pasa en la Argentina, la que nos quieren ocultar. Yo los voy a seguir apoyando porque sé que ahí está el futuro de la Argentina. Felicitaciones. Este es un gran día".

El nuevo satélite argentino es un verdadero observatorio del océano, el clima y el ambiente, en el que dentro de una estructura octogonal de aluminio de siete metros de alto y de 1300 kilogramos de peso, "conviven" nueve instrumentos científicos de máxima precisión: el Aquarius, de la NASA, que es un innovador medidor de la salinidad de mares y océanos, dos sensores franceses, uno italiano y cinco construídos en la Argentina.

El satélite, que pertenece al Plan Nacional Espacial 2004-2015, es el más grande y complejo que se haya diseñado y construido en el país, fue desarrollado por la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE), en cooperación con la Administración Nacional Aeronáutica y Espacial de los Estados Unidos (NASA).

La opinión de los científicos del INVAP. Tulio Calderón, ingeniero nuclear del Instituto Balseiro y gerente de operaciones de Invap, comentó días atrás en una recorrida que realizó lanacion.com en los laboratorios donde se construyó el satélite, que éste constituirá un complejo observatorio climático para la Tierra, ya que podrá medir en una semana la salinidad de los océanos (algo que en la actualidad se realiza durante meses o años) con barcos y boyas de manera parcial, además de emitir alertas tempranas de incendios, inundaciones y erupciones volcánicas, que tantos problemas trajo a nuestro país la última semana con la explosión del volcán chileno Puyehue.

Catalina Salvati, licenciada en sistemas y especialista en la integración del software del SAC-D indicó que el satélite será monitoreado desde la estación terrena de Falda del Carmen, en Córdoba, y luego se sumarán otras alrededor del mundo, que recibirán los datos de lectura que envíe. "El flujo de bits que enviará el satélite es la telemetría de datos que nos sirve para comprobar que todo funcione durante las primera órbitas, y luego los informes científicos que nos ayudarán a estudiar el medio ambiente", explicó Salvati.

Fuente: Diario La Nación

jueves, 2 de junio de 2011

Un satélite argentino, listo para estudiar el cambio climático: ¡cuenta regresiva!

Otro hito en la historia espacial. Es el SAC-D, que se construyó por un acuerdo entre la CONAE y la NASA y será lanzado el 9 de junio desde California, Estados Unidos. Su misión es monitorear e investigar las emergencias ambientales.


Tras varios años de cálculos y experimentación, el satélite SAC-D Aquarius superó todas las pruebas de simulación y está listo para orbitar la Tierra. Será lanzado el jueves de la semana que viene. Fue construido por un convenio entre la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) y el Centro Goddard, el Jet Propulsion Laboratory (JPL), los dos de la NASA. Se trata de un observatorio espacial para el océano, el clima y el medio ambiente, que combina tecnologías para la observación de la Tierra y puede aportar más datos sobre el cambio climático.

Cuenta con ocho instrumentos que miden salinidad y temperatura superficial del mar, velocidad de los vientos, concentración de hielos, detección de buques para control de recursos pesqueros, incendios y volcanes. Cinco fueron desarrollados en el país. El artefacto pesa 1.400 kilos, mide 2,7 metros de diámetro por 7 de largo, con la antena del Aquarius desplegada. Será lanzado desde la Base Vandenberg, Estados Unidos, en Lompoc, California, mediante un cohete lanzador Delta II, el jueves 9 de junio a las 11.20, hora argentina.

 
El satélite SAC-D: detalle de instrumentos (Créditos: CONAE y Clarín)


Sobre esta nueva epopeya espacial, Conrado Varotto, director ejecutivo de la CONAE informa que “se trata de un logro trascendental para la tecnología espacial argentina y el mayor satélite desarrollado y ensamblado localmente bajo el Plan Espacial Nacional. La inversión argentina fue de 60 millones de dólares, mientras que los Estados Unidos, nuestro socio, aportó 260 millones”.

El Aquarius es la pieza principal de este sistema de monitoreo y fue entregado por la NASA. Todos los meses proveerá un mapa mundial de la salinidad superficial del mar. El SAC-D medirá el efecto de la radiación cósmica sobre componentes electrónicos con el Carmen, aportado por Francia, y hará perfiles atmosféricos de temperaturas junto con el Rosa, que llega desde Italia. El SAC-D debe también identificar los puntos calientes en la superficie del suelo, con el propósito de colaborar en la elaboración de una cartografía de riesgo de incendios así como realizar mediciones de humedad del suelo para prevenir, mediante alertas tempranas, inundaciones y otras catástrofes.

Sobre los alcances de la misión, el ingeniero Fernando Hisas, Coordinador del Programa, explica que “estimamos que como mínimo se debe extender por 5 años, ya que todos los elementos que posee tienen una vida limitada. Con respecto al combustible, está preparado para 8 ó 10 años y recargará parte de su energía con paneles solares fabricados por la Comisión Nacional de Energía Atómica (CONEA); no las celdas, que son importadas. Estará a 657 kilómetros de altura con una órbita polar que barre la Argentina de norte a sur. Dará 14 vueltas por día alrededor de la Tierra y el tiempo que transcurrirá hasta que vuelva a pasar por el mismo sitio es de 7 días”.
 
El satélite tiene, además, contribuciones de otras agencias como la Agenzia Spaziale Italiana (ASI), el Centre National d´Etudes Spatiales (CNES) de Francia, la Canadian Space Agency (CSA) de Canadá y el Instituto Nacional de Pesquisas Espaciais (INPE) de Brasil.

Sobre la experiencia de trabajo con la NASA, Sandra Torrusio, investigadora principal en la misión, le comentó a Clarín que “no es fácil, y mucho menos como socios, estar a la altura de sus exigencias. Cada etapa requiere múltiples revisiones y evaluaciones. Son minuciosos y ante la mínima sospecha se vuelve todo atrás”.

Mónica Rabolli, co-investigadora principal se encarga de que los datos estén disponibles con la precisión que se espera. “A partir de los 6 meses se empiezan a recibir los informes. Antes, lo que se hace es una etapa de calibración en donde se intentan validar los datos que se reciben. La expectativa es que la información la obtenga la comunidad científica. Su foco es prevenir emergencias ambientales, y dar síntomas tempranos de actividad volcánica. Aunque no puede ser usado para terremotos. El satélite no requiere ningún mantenimiento, sí se debe hacer un seguimiento cuidadoso para ver si se mantiene en órbita y si los instrumentos operan correctamente”.


Fuente: Diario Clarín y CONAE
 
Nota de AstroSebas:

El SAC-D, como el resto de los satélites argentinos, será monitoreado desde la Estación Terrena Córdoba (ETC) ubicada en el Centro Espacial "Teófilo Tabanera" en la provincia de Córdoba, Argentina. ¡A cruzar los dedos! 

El Endeavour regresó a la Tierra y se despide tras 19 años

Arribó esta madrugada tras concluir su último viaje espacial; irá a un museo de la ciencia de Los Angeles

El transbordador espacial Endeavour aterrizó en el centro espacial Kennedy de Florida tras completar hoy su último viaje. Su llegada marca no solamente el final de la misión de 16 días a la Estación Espacial Internacional (ISS, por sus siglas en inglés), sino también de la carrera de 19 años del Endeavour.

La nave comenzó a desandar su camino cuando el programa de la NASA se recuperaba de la tragedia por la explosión del Challenger en 1986 y se retira en momentos en que la agencia ha decidido cerrar el programa para centrarse en los vuelos comerciales al espacio y el desarrollo de una flota que pueda recorrer mayores distancias.

Durante su misión final, el Endeavour llevó a la ISS un detector de partículas de alta tecnología con el que los científicos esperan poder obtener mayor información sobre la formación del universo. El aparato, llamado Espectómetro Alfa Magnético 2 y que costó 2000 millones de dólares, ayudará a los científicos en la búsqueda de materia oscura y antimateria.

La tripulación del Endeavour realizó además las últimas salidas al espacio de astronautas de un transbordador. La misión ocupó titulares asimismo porque su comandante, Mark Kelly, está casado con la congresista de Arizona Gabrielle Giffords, quien se recupera de un disparo en la cabeza durante un intento de asesinato este año.

Tras la explosión del Challenger durante su despegue el 28 de enero de 1986, el futuro de los transbordadores quedó pendiente de un hilo. La flota permaneció en tierra dos años y medio mientras se investigaba el desastre. Al final, la NASA decidió sustituir al Challenger con la construcción del Endeavour. El transbordador costó 1800 millones de dólares y se utilizaron piezas sobrantes de otras naves en la fábrica Rockwell International, en California. Estuvo terminado en 1990.

El nombre, Endeavour, fue elegido por los niños en homenaje a la nave con la que hizo su viaje el explorador James Cook en el Pacífico Sur. Durante su primera misión en 1992, el Endeavour rescató un satélite de comunicaciones que estaba atascado. Al fracasar los esfuerzos iniciales, tres astronautas capturaron a mano finalmente el aparato durante una caminata espacial, se le instaló un nuevo motor y fue puesto en órbita.

La nave también realizó la primera misión de mantenimiento en el telescopio espacial Hubble en 1993, resolviendo un fallo en un espejo que había dejado al telescopio casi inservible. La tripulación realizó cinco salidas al espacio en diez días, lo que permitió al telescopio volver a tomar fotografías claras del espacio y proporcionar a los astrónomos información clave sobre los comienzos del universo.

En 1998, el Endeavour transportó el primer componente estadounidense a la ISS, el módulo Unity. Su misión final llevó a su vez el último mayor bloque de la estación, ahora en principio completa tras más de una década de construcción en el espacio. Tras volar casi 161 millón de kilómetros y pasar 294 días en el espacio, el Endeavour descansará en el museo California Science Center de Los Angeles. A la ISS viajará aún otro transbordador, el Atlantis, el 8 de julio, que será el que culmine con los 30 años de historia de las naves.

Una vez cerrado este capítulo, la NASA espera trabajar con proveedores de viajes comerciales para realizar breves misiones a la ISS. Mientras estas naves se contruyen, los astronautas dependerán de las cápsulas rusas Soyuz.
Los transbordadores son los únicos vehículos capaces de transportar piezas muy grandes a la ISS, si bien las naves rusas, europeas y japonesas pueden llevar carga más pequeña.

Fuente: Diario La Nación (Agencias EFE y DPA)

Con la partida del Endeavour se acerca el final de una era espacial

Comienza el acto final

El Endeavour "nació de la tragedia del Challenger", señaló la NASA, en un texto en el que recuerda que la explosión de aquel transbordador, en 1986, llevó al Congreso a autorizar un año después la construcción de otra nave espacial. La NASA anunció este mes que tras esta misión el Endeavour irá a un museo de la ciencia de Los Angeles.

Pero antes de pasar a retiro tiene dos semanas muy ajetreadas por delante. Entre los objetos que viajarán en su bodega hay una caja de repuestos para la Estación Espacial Internacional. Los astronautas realizarán cuatro caminatas espaciales para hacer tareas de mantenimiento. Pero el trabajo de más alto perfil de la misión será instalar un detector de partículas de dos mil millones de dólares, el Espectrómetro Magnético Alfa, en la estructura externa de la Estación, donde permanecerá hasta que sea abandonada, alrededor de 2020 o más tarde.

El espectrómetro es el "niño mimado" de Sam Ting, premio Nobel de Física del MIT. Consiste en un imán gigante y un conjunto de detectores que intentarán encontrar evidencias de la elusiva "materia oscura" que, según se cree, impregnaría todo el universo. El proyecto se ha estado gestando durante casi dos décadas, por lo que Ting y su equipo de colaboradores de 16 países esperan que todo salga bien durante el viaje al espacio después de años transitando por un camino lleno de obstáculos.

Después de la pérdida del Columbia y sus siete astronautas en 2003, el experimento fue retirado del programa de transbordadores y resucitado cinco años más tarde, después de un intenso lobby de Ting. En el último año, Ting mismo fue responsable de otra demora en el proyecto, cuando decidió reemplazar el gigantesco imán superconductor del instrumento por otro más débil. La razón, explicó, es que el imán superconductor requiere helio líquido para mantenerse frío, y el helio se hubiera acabado en un par de años. El imán más débil no requiere líquido congelante y durará tanto como la Estación Espacial.

Fuente: Diario La Nación (The New York Times y AFP)