Me parece interesante analizar en que medida las especulaciones científicas sobre el futuro de la humanidad se hacen o no realidad. Desde ya, no podemos esperar que nuestras especulaciones coincidan plenamente con los hechos, ni siquiera cuando poseen algún germen de verdad (aunque por supuesto siempre hay excepciones notables). A modo de ejemplo consideremos la opinión generalizada en el siglo pasado respecto de los vuelos espaciales. Según la misma, en los tiempos que corren, los hombres ya tendríamos que estar colonizando el sistema solar. Si bien se ha dado una importante exploración de los planetas y sus lunas utilizando sondas interplanetarias, todavía estamos lejos de lograr ese objetivo. Las estimaciones actuales más optimistas nos ubican en el planeta Marte recién en el año 2050. Sin embargo, ahora que los planes de la NASA para volver a la luna en 2020 han sido cancelados, no creo que eso ocurra tan pronto. (Ojalá me equivoque porque me gustaría verlo.) De todas maneras, tengo confianza de que tarde o temprano nuestra civilización alcanzará Marte y colonizará el resto del sistema solar.
En 1962 el astrofísico soviético Iosif Shklovskii especuló lo siguiente en su libro "Universo, Vida, Intelecto" respecto del futuro energético mundial (los [...] son míos):
"En nuestros días la humanidad consume una cantidad de energía correspondiente a la producción de 5000 millones de toneladas de antracita. La producción por segundo es igual a 6e19 erg [6 Terawatts] duplicándose esta cifra cada 20 años. Esta tendencia es bastante estable y se mantiene en dicho nivel hace 200 años. Siguiendo este ritmo de productividad, dentro de 200 años la producción de energía crecerá mil veces y alcanzará 3e22 erg/s [3000 Terawatts]. Es muy probable que esta cifra se alcance antes, ya que los recursos del petróleo y carbón son relativamente pequeños y en las décadas próximas es de esperar una revolución en la energética, ligada con la producción en masa de la energía nuclear. Pero 3e22 erg/s es ya cerca del 1% del flujo de la energía solar que incide con constancia en la Tierra. El incremento posterior de la producción de energía provocará inevitablemente la variación del régimen térmico de la Tierra, lo que puede llevar a consecuencias muy desagradables. Es natural, que antes de llegar a tal situación comenzará el amplio uso de la energía solar, pero este tiene su límite: por lo visto se podrá utilizar no más del 10% de todo el flujo de energía emitido por el Sol. De uno u otro modo, dentro de 300 años este problema se planteará muy agudamente. Algunos autores extranjeros consideran que hará falta prohibir el posterior desarrollo y estabilizar la energética. Pero es dudoso que esto sea posible. Es muy probable que los potentes sistemas energéticos sean trasladados al espacio cósmico... Reiteradamente hemos señalado que el desarrollo tecnológico de nuestra civilización durante los últimos centenares de años tiene un carácter catastróficamente rápido, casi explosivo."
Si el consumo exponencial de energía se mantuviese al ritmo que él señala, la humanidad hoy debería estar consumiendo alrededor de 30 Terawatts. Dado que la cifra actual es aproximadamente de 15 Terawatts se ha producido un quiebre en el crecimiento energético. Como los combustibles fósiles son la principal fuente de energía y su tasa de extracción viene disminuyendo paulatinamente era esperable que eso sucediése (aunque curiosamente la diferencia es sólo de un factor 2). Como menciona Shklovskii, el petróleo está "próximo" a agotarse. De hecho, se piensa que el mundo petrolero de hoy está viviendo su pico productivo. Las reservas actuales y futuras deberían agotarse completamente alrededor del 2200, por lo que en algo así como 50 años deberíamos ser capaces de cambiar nuestra "matriz energética". En consecuencia, Shklovskii plantea una revolución en el campo de la energía nuclear. Ahora, si bien desde los años 50 a esta parte se ha dado esa "revolución" (el número de reactores de fisión creció 10 veces) no se puede afirmar que en la actualidad el mundo se mueva gracias al uso de ésta energía (a nivel global representa sólo alrededor del 5%). Muy probablemente él estaba pensando en la fusión nuclear, la cual todavía no parece ser una opción viable. Por lo tanto, en el futuro cercano deberíamos ser capaces de explotar una fuente de energía (preferentemente renovable: e.g. solar, geotérmica, eólica, mareomotriz) que pueda satisfacer nuestras necesidades de desarrollo. Sin embargo, recursos no renovables como el carbón, las arenas bituminosas y el hidrato de metáno parecen existir en cantidades suficientes como para amenzar cualquier futuro libre de combustibles fósiles (en una escala de varios siglos). En gran medida el desenlace final dependerá de la política y los intereses de los grandes capitales. Respecto de los hidrocarburos y su uso Shklovskii escribe:
"Ya hemos dicho antes... que en la actualidad se extraen más de 5000 millones de toneladas [de carbón]. Este combustible se quema, es decir, se une con el oxígeno de la atmósfera. Como resultado de este proceso se obtiene gas carbónico más energía... Por consiguiente, este método bárbaro de obtención de energía va acompañado por la substracción de la atmósfera terrestre de 20000 millones de toneladas de oxígeno [~0.002% del oxígeno atmosférico]. Es decir, la atmósfera terrestre bastaría para unos 50000 años al mantener la ignición del combustible que se extrae de la tierra... Sólo la actividad vital de las plantas reabastece constantemente esta pérdida de oxígeno de la atmósfera. Pero la intervención irracional de la gente en este balance del oxígeno... ha provocado [su] violación... exterminando los bosques disminuimos el suministro de oxígeno de la atmósfera, por lo menos, en un 10%, mientras que quemándolo... aumentamos la velocidad de su escape... en varios tantos por ciento."
Y agrega:
"Tal actividad de los seres "razonables" condiciona el aumento constante de gas carbónico, lo que, además de otras consecuencias perniciosas, perturba bruscamente el balance térmico de la Tierra..."
Continuando con el razonamiento inicial de Shklovskii, antes de llegar al punto en el que "el régimen térmico de la tierra se vería afectado" (dado que estaríamos liberando a la atmósfera una cantidad de calor que ya no sería insignificante y que comenzaría a influir sobre sus propiedades termodinámicas) habría que comenzar a aprovechar de manera eficiente la energía solar. En una etapa posterior, debido a que el ~90% de la misma es reflejada al espacio y/o absorbida por el mar, inevitablemente el hombre tendría que migrar sus sistemas energéticos al espacio. De esta forma la energía del Sol podría aprovecharse casi en su totalidad. Aunque no lo mencione explícitamente Shklovskii se refiere a la construcción de estructuras similares a la esfera de Dyson, un arreglo de satélites y/o plantas de energía solar en órbita alrededor del Sol propuesto por el físico inglés Freeman Dyson (Dyson 1960). A grandes rasgos, este tipo de arreglo espacial podría tener simetría esférica o formar solamente un anillo. En consecuencia, en sólo 300 años la sociedad global tendría que llegar a este punto, ya que la misma necesitaría una cantidad apreciable de la energía de su estrella para subsistir (sino toda). En la opinión de Dyson, es probable que las civilizaciones muy avanzadas tecnológicamente tengan la necesidad de recurrir a este tipo de obras de mega-ingeniería planetaria.
Si comparamos el consumo energético global de la actualidad con el esperado por Shklovskii vemos que el mismo se ha duplicado en aproximadamente el doble del tiempo del que lo hacía antes de 1960. Si esta tendencia ha de permanecer válida a lo largo del tiempo entonces la humanidad duplicará su consumo energético, esta vez, cada 50 años aproximadamente. Aunque es probable que la misma se quiebre múltiples veces a lo largo de la historia futura (es posible imaginar un desarrollo sostenido con aceleraciones y desaceleraciones), supongamos que se mantiene a dicho nivel. En ese caso, si la opinión de Shklovskii es cierta y la conjetura de Dyson se aplica a nuestra sociedad global, la humanidad migraría su matriz energética a la órbita solar dentro de unos 800 años. De esta manera, el fin del milenio y el comienzo del siglo XXXI adquirirían una nueva dimensión en el desarrollo técnico del ser humano.
Si el consumo exponencial de energía se mantuviese al ritmo que él señala, la humanidad hoy debería estar consumiendo alrededor de 30 Terawatts. Dado que la cifra actual es aproximadamente de 15 Terawatts se ha producido un quiebre en el crecimiento energético. Como los combustibles fósiles son la principal fuente de energía y su tasa de extracción viene disminuyendo paulatinamente era esperable que eso sucediése (aunque curiosamente la diferencia es sólo de un factor 2). Como menciona Shklovskii, el petróleo está "próximo" a agotarse. De hecho, se piensa que el mundo petrolero de hoy está viviendo su pico productivo. Las reservas actuales y futuras deberían agotarse completamente alrededor del 2200, por lo que en algo así como 50 años deberíamos ser capaces de cambiar nuestra "matriz energética". En consecuencia, Shklovskii plantea una revolución en el campo de la energía nuclear. Ahora, si bien desde los años 50 a esta parte se ha dado esa "revolución" (el número de reactores de fisión creció 10 veces) no se puede afirmar que en la actualidad el mundo se mueva gracias al uso de ésta energía (a nivel global representa sólo alrededor del 5%). Muy probablemente él estaba pensando en la fusión nuclear, la cual todavía no parece ser una opción viable. Por lo tanto, en el futuro cercano deberíamos ser capaces de explotar una fuente de energía (preferentemente renovable: e.g. solar, geotérmica, eólica, mareomotriz) que pueda satisfacer nuestras necesidades de desarrollo. Sin embargo, recursos no renovables como el carbón, las arenas bituminosas y el hidrato de metáno parecen existir en cantidades suficientes como para amenzar cualquier futuro libre de combustibles fósiles (en una escala de varios siglos). En gran medida el desenlace final dependerá de la política y los intereses de los grandes capitales. Respecto de los hidrocarburos y su uso Shklovskii escribe:
"Ya hemos dicho antes... que en la actualidad se extraen más de 5000 millones de toneladas [de carbón]. Este combustible se quema, es decir, se une con el oxígeno de la atmósfera. Como resultado de este proceso se obtiene gas carbónico más energía... Por consiguiente, este método bárbaro de obtención de energía va acompañado por la substracción de la atmósfera terrestre de 20000 millones de toneladas de oxígeno [~0.002% del oxígeno atmosférico]. Es decir, la atmósfera terrestre bastaría para unos 50000 años al mantener la ignición del combustible que se extrae de la tierra... Sólo la actividad vital de las plantas reabastece constantemente esta pérdida de oxígeno de la atmósfera. Pero la intervención irracional de la gente en este balance del oxígeno... ha provocado [su] violación... exterminando los bosques disminuimos el suministro de oxígeno de la atmósfera, por lo menos, en un 10%, mientras que quemándolo... aumentamos la velocidad de su escape... en varios tantos por ciento."
Y agrega:
"Tal actividad de los seres "razonables" condiciona el aumento constante de gas carbónico, lo que, además de otras consecuencias perniciosas, perturba bruscamente el balance térmico de la Tierra..."
Continuando con el razonamiento inicial de Shklovskii, antes de llegar al punto en el que "el régimen térmico de la tierra se vería afectado" (dado que estaríamos liberando a la atmósfera una cantidad de calor que ya no sería insignificante y que comenzaría a influir sobre sus propiedades termodinámicas) habría que comenzar a aprovechar de manera eficiente la energía solar. En una etapa posterior, debido a que el ~90% de la misma es reflejada al espacio y/o absorbida por el mar, inevitablemente el hombre tendría que migrar sus sistemas energéticos al espacio. De esta forma la energía del Sol podría aprovecharse casi en su totalidad. Aunque no lo mencione explícitamente Shklovskii se refiere a la construcción de estructuras similares a la esfera de Dyson, un arreglo de satélites y/o plantas de energía solar en órbita alrededor del Sol propuesto por el físico inglés Freeman Dyson (Dyson 1960). A grandes rasgos, este tipo de arreglo espacial podría tener simetría esférica o formar solamente un anillo. En consecuencia, en sólo 300 años la sociedad global tendría que llegar a este punto, ya que la misma necesitaría una cantidad apreciable de la energía de su estrella para subsistir (sino toda). En la opinión de Dyson, es probable que las civilizaciones muy avanzadas tecnológicamente tengan la necesidad de recurrir a este tipo de obras de mega-ingeniería planetaria.
Si comparamos el consumo energético global de la actualidad con el esperado por Shklovskii vemos que el mismo se ha duplicado en aproximadamente el doble del tiempo del que lo hacía antes de 1960. Si esta tendencia ha de permanecer válida a lo largo del tiempo entonces la humanidad duplicará su consumo energético, esta vez, cada 50 años aproximadamente. Aunque es probable que la misma se quiebre múltiples veces a lo largo de la historia futura (es posible imaginar un desarrollo sostenido con aceleraciones y desaceleraciones), supongamos que se mantiene a dicho nivel. En ese caso, si la opinión de Shklovskii es cierta y la conjetura de Dyson se aplica a nuestra sociedad global, la humanidad migraría su matriz energética a la órbita solar dentro de unos 800 años. De esta manera, el fin del milenio y el comienzo del siglo XXXI adquirirían una nueva dimensión en el desarrollo técnico del ser humano.
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